Y SI EL ANGEL ES UN DEMONIO?
Lo
hermoso de la vida es que viene acompañada de sorpresas insospechadas, puede
ser que tengamos referencias de experiencias vividas por otros, que nos hagan
reflexionar las miles de posibilidades de lo que puede llegar a ser la nuestra,
desechando las que llegamos a considerar
poco probables en la propia y sin embargo, en ella viene implícita el factor
sorpresa, ese alea que nos hace cambiar la visión y el rumbo y con ella todo lo que se había planeado, permitiéndonos
al final del día sorprendernos.
No
sabemos que nos trae cada ser con él, tanto cosas buenas como malas, llamadas virtudes
y defectos, que enriquecen, sorprenden y acorralan en constante cambio lo que
nos impulsa y nos implica alteraciones a lo que sentimos y vivimos, pese a los
planes fríos y mecánicos que podemos habernos propuesto en el rincón de nuestra
intimidad.
El
impulso que nos permite vivir, es el sentimiento más puro y diáfano, el amor,
el que nos llamó a este mundo, nos mantiene y nos alimenta diariamente. Ese
inmenso mundo que viene intenso y en cantidades que nos permite dar y recibir dándole
graduaciones de importancia a cada cosa, a cada circunstancia y a cada ser.
He
considerado ponerle pasión a cada cosa que hago sea mia o de otros, porque todo
y todos merecemos ser tenidos en cuenta con la importancia propia del ser, de
todo aquello que pueda afectarnos, asi le damos la prioridad que se merece cada persona, cosa o situación y es por ello
que me doy siempre la oportunidad de conocer y permitir que ese alea le otorgue
a mi vida lo que desconozco y me sorprenda para bien o para mal.
Craso
error para los que se mantienen rígidos a sus objetivos porque no se permiten
la oportunidad de crecer y avanzar en lo que realmente resulta importante de
vivir, mas allá de la consecución de los sueños materiales que nos impone la
sociedad. Craso error para mí cuando me equivoco al dar un ángel para recibir
un demonio.
No
podría ser de otra manera si queremos al final de nuestros días sentirnos
satisfechos de haber hecho algo que soporte tantos días vividos. Pueda ser que
algunos no compartan mi filosofía, pero si entramos a evaluarnos siempre
estamos pensando en los demás porque nos afecta directa o indirectamente y es así
como he visto envuelto en conflictos mi corazón a diario, habiéndolo entregado
todo porque no existe otra manera de amar.
Sin
lugar a dudas me ha traído miles de problemas y me ha dejado muchas veces sola,
justo como hoy me siento, ya que al entregarlo todo solo pueden ocurrir dos
cosas; que lo retribuyan en cantidades superiores o que no recibas nada.
Cuando
lo entregas todo, cuando lo importante en ti es reconocer que hay una importancia
en otro, te sientes capaz de hacerlo todo por el otro, aun a costa tuya y aun
así te hace sentir feliz, craso error cuando no te fijas bien a quien le estas
dando tanto honor.
Los
Ángeles para mi son esos seres amorosos que llegan a tu vida a darte tanto como
tu estas dispuesto a dar, pero no todos están dispuestos a ser tan altruistas,
pese a que así te lo digan, algunos solo dan de lo que les sobra, lo que no les
permite enterarse del valor de nuestras ofrendas y es allí donde es evidente el
desprecio.
Mi
Ángel se convirtió en demonio porque llego radiante a mi camino e ilumino con
su luz bendita los oscuros lados de mi vida pero hoy sus demonios me
convirtieron en el demonio y tuve que preguntarme por qué?
Mi
limite esta justo ahí, en los desprecios que hacen a las dádivas que entrego, sin esperar mas de lo que yo misma
puedo dar e impulsada por el amor gradual que otorgo a todos. Pero si lo doy todo ¿por qué no esperarlo
todo?, si de mi doy lo bueno, mis cualidades, no puede a caso el otro, pensar que
también ha recibir lo malo, mis defectos (mis demonios)? Y si recibo lo bueno
del otro no puedo esperar también recibir lo malo (sus demonios)?, es ahí donde
termina el enamoramiento y empieza el verdadero amor.
Por
las experiencias que he vivido y las que muchos me han compartido, aceptar los
defectos en el otro se convierte en la piedra en el zapato que no nos deja
avanzar y no pongo en duda que justo ahí, es donde el verdadero amor hará su gala
y mostrará piedad para aceptarlo todo, sin llegar a hacernos daño. Para que
ello ocurra se necesitara que de quien provenga ese mal tenga la convicción no
solo para reconocer que esta fallando sino para querer aminorar las reincidencias,
propósito que no es nada fácil cuando se viene con ello desde viejos tiempos.
Es
justo esa lucha la que tienen a diario quienes se aman de verdad, es la
capacidad para soportarlo todo y perdonarlo todo, tal como lo describe la Biblia,
sin caer en la denigración propia y son muy pocos quienes están dispuestos a
pagar el precio por vivir en la búsqueda de la satisfacción personal a través de
si mismo y de los demás.
Ese
justo el quick de quienes aman bajo el yugo del sadomasoquismo, porque nace la
justificación de la violencia, es justo ahí donde una parte juega a controlarlo
todo, a tener todos los derechos del otro y donde el otro solo busca paz en la
satisfacción de su verdugo, algo que no admite aceptación en muchos sabios que
saben vivir plenamente el amor y por ello lo juzgan, yo no, a falta de sabiduría.
He
jugado a ser verdugo o víctima justificada en mi amor y en el amor del otro, de
qué otra manera se puede soportar tanta violencia, sino basada en un falso amor
que daña el concepto propio del amor.
Para
mi satisfacción debo reconocer que he estoy saliendo de esto, pero también debo
reconocer que no es fácil porque se convierte en un defecto que llevas consigo
cuando le das otra oportunidad al amor, sin embargo, se puede y se debe cambiar
impulsado solo por el amor propio.
Ese
amor propio también se puede mal interpretar sin llegar al sadomasoquismo, sino
mas bien se aminora con algo que yo llamo egoísmo, que no es mas que buscar la
satisfacción propia, bajo las mismas reglas del yo; reino psicológico exaltado
hoy en día bajo los velos del hedonismo y porque no decirlo del mismo
capitalismo que busca siempre mantener el poder sobre el otro. Mal que siempre
nos rodea.
Hoy
creo que no lo tengo, pero lo padezco, desde mi vida laboral y creo que en mi
vida sentimental y aunque sé que no esta mal anteponerse a los demás en la
lucha por conseguir sueños propios (autoestima), siempre se termina por dejar
libre el demonio aquel del irrespeto, que busca el logro pisoteando a los
demás, ignorando los esfuerzos, ignorando los sentimientos e ignorando los
sacrificios y las dadivas que los demás nos dan.
No
se aprecia a los demás cuando los dejamos de lado o cuando reconocemos solo en
nuestra intimidad lo que se nos ofrece y lo ocultamos ante los ojos del mundo o
sencillamente cuando no se tiene el coraje de defender lo que se nos da.
Esto
suele ocurrir en cualquier relación pero hoy solo la voy a enfocar en la
amistad y en amor de pareja padecimientos
diarios que en algunas ocasiones llevan la unificación de ambos ya que
la amistad no disfraza ni al ángel ni al
demonio y puede convertirlo en ese amor sublime que todos buscamos y al que muy
pocos logran renunciar.
Para
no desgastarme solo partiré de la diferencia conceptual de ambas palabras.
Amor.
Así lo describe el DRAE: (Del lat. amor, -ōris).
1. m.
Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia,
necesita y busca el encuentro y unión con otro ser.
2. m. Sentimiento hacia otra persona
que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión,
nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear.
3. m. Sentimiento de afecto,
inclinación y entrega a alguien o algo.
Desde la complejidad de la definición,
se marca la diferencia entre el amor entendido como el sentimiento de fuerza íntima,
que lleva a completarnos con otro para lograr una satisfacción, una alegría,
una felicidad que se queda corta. En el que se denota la ausencia de demonios u
oscuros que haceres y que no admite intensiones vanas, sino mas bien, resalta
la diafanidad de su bondad.
Lo
aclaro porque no licencio argumentos que pretendan salpicar, con pseudo
interpretaciones que sustentan algo bueno, claro y puro en algo malo, oscuro y
turbio como el irrespeto, la infidelidad, la denigración, la violencia y otra
serie de prácticas que desdibujan el amor que hoy confundimos con relaciones
que no son mas que aferes como los amigovios, amigos con derechos y otros
intentos de justificar los encuentros sexuales casuales, envueltos en amistad,
o prácticas instintivas de las parejas de hoy, como las orgias, intercambio de
parejas y esas otras cositas que empañan el sentimiento con simples impulsos
animales y que solo son velo para no rayar en lo insensible.
Se
suele confundir el amor con la amistad por simple desconocimiento de la definición
que define el DRAE como:
Amistad
(Del lat. *amicĭtas, -ātis,
por amicitĭa, amistad).
1. f.
Afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y
se fortalece con el trato.
2. f. amancebamiento.
Lo que ratifica mis teorías sobre la ignorancia de ambos
conceptos y la justificación que tienen quienes las mezclan para darle rienda
suelta a sus instintos sexuales negándose a reconocer y cambiar sus defectos en
una relación seria que implique derechos y deberes en pro de un amor sano.
La
amistad es el mejor argumento que se tiene para negar el amor cuando no se
quiere aceptar responsabilidades propias de éste, restándole importancia a
derechos implícitos y con ello se debe entender que a los deberes también, ya
que son los que marcan los limites entre la amistad y el amor, punto en el que
converge la sensación de haber perdido un ángel y haber ganado un demonio
cuando una de las partes descarta al otro ignorando plenamente la esencia tanto
del amor como de la amistad.
He
sido ángel y demonio porque así como tengo virtudes desde luego tengo defectos
y por si solos no me convierten ni en ángel ni en demonio pero son mis
intensiones la varita mágica que me transforman en uno u otro, son mis actos
los que harán ser buena o mala y son mis comportamientos los que tienen la
llave para abrir la clausurada puerta que tenemos todos los seres humanos para
dejar salir en el otro el ángel o el demonio.
Lo
triste aquí no es dejarlo salir, lo triste aquí es no poder controlar ese demonio
propio o ajeno, lo triste aquí es no tener el coraje de reconocerse y con ello
no tener la voluntad de cambiar en pro de la búsqueda de la felicidad
propia y del otro.
Lo
terrorífico es tener que aceptar que una vez tu vez a tu amigo o a tu amante
con su lado bueno y malo, no puedas brindarle la oportunidad del cambio bien
sea para que tu cambies o para esperar pacientemente el cambio del otro, es la
renunciación lo que nos duele, es esa falta de lucha por conseguir ser un par
de ángeles juntos y en su mayoría para ir aceptando y aminorando ese par de
demonios que le dan paso a la ilusión convertida en realidad bien sea solo como
amistad o como amor.
Esa
tristeza, dolor y desesperación que tenemos “los entusadados” o los enamorados
intentando desenamorarnos ,es lo que nos causa los estragos de la amargura, es
lo que nos compara con el dulce jugo de naranja matutino, que transcurrido el
tiempo ya no nos sabe igual porque se amarga, es la impotencia para poder
cambiar las cosas lo que nos hace bajar del pedestal al ángel que nos tenia en
uno igual y lo ponemos en el infierno al que previamente fuimos puestos,
pudiendo llegar a ser lo mas sano para nuestra subsistencia, para nuestro ego,
para nuestro amor propio y aun así no deja de ser doloroso, mas aun cuando al
hacer el balance reconoces que lo diste todo y no recibiste el mismo trato.
Prueba
de ello son las obras literarias, las frases proverbicas, las canciones de amor
roto, los suicidios de amor, las locuras que relegaron la razón por darle
rienda suelta a la emoción, como las maletas dejadas en la puerta o en la portería
sin tomar medidas cautelosas en pro de nosotros que permita mantener la poca dignidad, que también
se pierde con nuestra insistencia, con los ruegos a través de mensajes, de
llamadas, cartas, de flores o de chocolates.
Cuando
se te acaban los argumentos para continuar la lucha de convencer al otro, cuando
los hechos no son lo suficientes para persuadir al otro y primeramente cuando
lo que tu sientes, vives, piensas, haces por el otro no es suficiente para él o
peor aun cuando no le interesa lo tuyo, es cuando en la batalla del amor o la
amistad debes reconocerle la victoria al desamor o a la enemistad. Solo porque
la intensión es lo que mantiene vivo cualquier sentimiento.
Deponer
tus esfuerzos, tus intenciones, tus que haceres, bajar la guardia y retirar las
armas de la intensión de lucha, serán el único camino, porque ya no habrá nada que
lo arregle y solo quedará el camino de aceptar el demonio que te ofrece y
reconocer que una vez mas te equivocaste, haciéndolo mas digno para ti, haciéndolo
aunque doloroso, triste y desgarrador, la mejor manera de conservarte como
ángel, guardando tus demonios.
Ten
presente que si el alea de la vida te hace tropiezar con otro, es mejor que se
piense bien hasta que punto debes ofrecerlo todo, incluido tu demonio, momento
para el cual será mejor que te preguntes;
-
¿y
si este ángel, también es un demonio?, ya que es posible que vuelvas a
repetirte la pregunta;
-
¡en
qué momento mi ángel se convirtió en demonio? Lo que no te ofrecerá ninguna
sorpresa, pero contrario a ello, puede ser que no te guste la respuesta porque
te darás cuenta que estas en el infierno nuevamente, por alguien que no supo valorar
tus dadivas o darte lo que tú también necesitabas.
Si
de lo contrario, posibilidad algo escasa, respondes a la primera pregunta:
“Este
es mi ángel que aunque tiene demonios siempre me ve como su ángel pese a que
conoce mis demonios manteniéndome en el cielo, igual como yo lo hago”
Entenderás
que no hay nada que no haya sido creado por el amor y le darás gracias al alea de la vida por sorprenderte ya que no
tendrás nunca que responder la segunda
pregunta.
Entre tanto yo seguiré
llorando su vitoria por negarme su Ángel ofrecerme su dominio y convertirme en
el demonio de mi infierno.
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