Querido Santa:
Han pasado los años desde la última carta.
Hace tiempo que puse en duda tu existencia y mi recuerdo de ti más cercano se remonta a los 4 años, cuando aún gozabas de la admiración que por cosas de mis maestros de vida fuiste perdiendo. Pasaste al oscurantismo total cuando mis navidades pasaron a ser la época más desdichada del año por aquel que de alguna u otra forma se dedicó a matar en mi ese anhelo de ver mi casa vestida de colores y la añorada paz del sentimiento que he venido logrando con el tiempo y lo que mas animo mi búsqueda fue encontrar tu magia en mis pequeños, seguro porque dónde hubo fuego cenizas quedan y en tu caso quedó un vestigio de tizón, esperanza que moribunda agarra fortaleza para decorar por ratos donde vivo pero se desgarra nuevamente cuando no puedo ver el rostro de los duendes que alegran mi vida a diario y a quien Muchas veces he tenido que postearles el regalo porque el mensaje de la verdadera navidad es la carreta comercial que más vende y la Navidad hoy se reduce a ventas y compras.
Resulta Santa que este año algo cambio en mi y en busca de empedrado camino a mi espiritualidad decidí un día meditabundo ir a buscar a mi niña interior y reconciliarme con ella. En medio de las lágrimas del reencuentro, ella muerta de susto me pregunto si valía la pena seguir, si ser grande implicaba tambien renunciar a ella y aquellos tiernos largos juegos y las picardias imaginarias, sin ser tan intrepida e impertinente, a la diversión como otris niños.
Ver mi olvidado rostro décadas atrás también me ha hecho recordar mis sueños, esos que incluso deje abandonados cuando era niña cuando te pedía que mis padres estuvieran juntos para saber que se sentía tener una familia; el mismo sueño que toda costa quise mantener para mis hijos pero que me fue imposible seguir conservando porque entendí que sin vida no podría seguir soñando y sin sueños nunca hay vida y mas que pedirte amor, pedia fuerza para exigirme.
De los frustrados regalos, el anhelado hermanito que pedíamos con mi hermana, también lo tache recientemente cuando en la imprudencia familiar de mis dos madres me saco de la ignoracia y supe que si lo enviaste incluso antes que a mi, pero nadie se atrevió a contar esas cosas dolorosas convirtiéndome resignadamente en la hermana mayor de tres hermanas literalmente a medias.
La mascota fue ese regalo anhelado casi utopico al que en el fondo nunca renuncie lo busque para satisfacer la curiosidad y llegó porque así podíamos reemplazar al miembro de la familia que marcho dejándonos dolidose, pero debí reconocer que era también un deseo condenado al mismo lugar donde Hasta este año te tengo y decidí liberate.
Los patines me los enviaste con el padre de mi hijos ya algo mayorcita, se que nunca te los agradecí, de hecho puedo jurar que a él le di las gracias y fue tan emotivo como puedo ser sin alcanzar la expectativa de la gente común que pronostica un carnaval, pero tu sabes que me cuesta ser expresiva para las cosas íntimas aunque sabes que a la hora de dar, no soy nada mezquina.
Y bueno, la bicicleta, aquella que pedí hasta aquel cumpleaños número de 10, cuando mi padre me celebró el único cumpleaños que realmente satisfizo mis deseos infantiles, con tan mala suerte que se dejó pescar justo entrandola en silencio justo la noche anterior a la fiesta...fui feliz hasta que me restringieron su disfrute porque en Sutatenza practicar bicicleta era algo similar a una tentativa de homicidio aunque con seguridad de no haber muerto hubiera aprendido cómo se usan los frenos. Se que mi estilo de montar bici es terrible y sabes que prefiero frenar con los pies que irme de jeta por usar mal los frenos, pero pedalear a más de diez kilómetros por hora, sin tener una amenaza cerca y el roce del viento en mi silueta es lo máximo aún después de tantos años.
Te agradezco me eches una manito para el próximo año...mi niña interior estará feliz de tener una bici nueva, te prometo aprender a montar como Dios manda además así podré salir con los de la oficina y cuando el jefe mayor convoca, porque me siento marginada por no poder ir con ellos por esos pequeños detalles.
Estas banalidades infantiles son tu sustento querido Santa, sin embargo, pata este nuevo año, el mejor regalo que puedes darme es sorprenderme con la misma magia de aquellas navidades donde ese rostro tuyo ocultaba el regalo prometido y aquel indeseado (esas horribles botas ortopédicas de diferentes colores que me dabas por aquello del pie plano) que me condenó a no disfrutar de aquellos zapatos de enfermera que siempre te pedí y que tache cuando tergiversaste mi modelo y me enviaste esos mafaldudos blancos que me hacían ver como un payaso, claro poco te fijaste de mis delgadas piernas de chirlobirlo! Pero bueno se que hacías lo que podías por mi bien...
No todo fue malo tuve tantas barbies que logre regalarle aquella niña del campo una sin que mi abuela la echara de menos en su inventario y a cambio recibí un motivo para hacer de las hortensias mi flor favorita, y aunque nunca supe más de ella, siempre la recuerdo cuando veo hortencias pese a que la abuela haya dicho que traen mala suerte, a mi me dan la mejor suerte, al hacerme feliz y me arrancan la sonrisa de aquella pilatuna.
Los viajes han sido mi regalo mas constante y recuerdo aquel en que por primera vez, después de un tortuoso largo recorrido, logré ver nuevamente el mar, despues de casi nueve años y siendo la primera vez que lo veía en Colombia, su olor siempre, siempre me recuerda a mi madre y aquellos años en Caracas donde pudimos ser hija y madre, lo que acto seguido me conduce al pie de manzana y la mesita musical que siempre adornaba la sala.
Esa mesita redonda de arebezcos realmente me encantaba; abrila en cualquier epoca del año era magia pero cuando la ubicaban al lado del árbol de navidad, la recuerdo magiaca en abundancia.
Años mas tarse me diste mis dos anhelados hijos a quien les pude dar los Mickey mouse como réplica de la mía esa que aún conservo en algun lugar de esta casa porque ir a Disney en aquella época era ir admirar el santo grial de la magia y esa magia infantil se siente allá cuando te sientas en las tácitas mágicas o cuando bajas tembloroso de las montañas rusas con la misma sensación de quien acaba de jugar al tin tin corre corre.
La navidad cambio con el paso de mis años pero aun recuerdo esa sensación de abuelo querido que tenias, al que siempre espiaba en aquel altar misterioso que se armaba cada año en mi casa, esperando el momento en que pusieras de tras de rostro el regalo pero siempre vencida por el sueño desistí como alguna navidad desistí escribirte.
Hoy me tacharan de loca y hasta cursi si lo único que te pido es que vuelvas a esparcir magia en mi, sólo para resistir una navidad más sin mis hijos y que la fórmula mágica venga revuelta un un tris de fortaleza para salir a ver las luces con la misma emoción que hace algunos años sin permtirme llorar si me veo sentada junto a mi soledad leyendo la novena. Sabes que ahora no pido nada material más que los medios para salir adelante y darme aquellos gustos que taso moderadamente porque el buen gusto siempre cuesta.
Frente a mi comportamiento sabes mejor que nadie que me esfuerzo por ser mejor cada día aunque aveces soy presa de mi rabia y soy pésimamente hablada, he mejorado debes admitirlo, recuerda que las palabrotas delatan mi inteligencia segun lei en un articulo basado en algun estudio universitario y mejor eso que pasar por bruta no crees?.
Sumerce es conciente que ya estamos maduritos, la vagabunderia temida por la abuela, es un tema que no vamos a discutir, la sexulidad es un regalo valioso que las feministas como yo consideramos propio de nuestro genero y me da vergüenza contigo pero es un derecho que ejerzo responsablemente sin la ligereza que marca la moda, de la que me niego a sentirme culpable por disfrutar, sería muy triste que no le dieras esa libertad y alegría a la señora Santa, no estaría dentro de tu naturaleza privarla de esa dicha mundana.
Por los demás sabes que no soy corrupta, que hago lo mejor y con pasión le meto ganas, claro que la cago, pero a ver, debes ser consciente que no tengo a Rudolf para que me indique el camino correcto y me toca a punta de ensayo y error y si ves que mi lista de faltas es mas larga que mis buenas acciones, no me vayas a mandar con los reyes magos más carbón porque ya tengo un cerrejon que aprecuaria mas si fuera carbón de ese que pagan altos precios para vendercelo a China.
No me quejo pero a cualquiera le ayudaría a no pasar las vacas flacas, esas que te consta he tratado de superar con dignidad, alegría y agradecimiento porque veo a diario a tantos llenos de monedas de oro y con tan poco amor que la verdad cada vez entiendo que la pobreza es algo más de corazón que del bolsillo.
Si, pasaron muchos años después de la última carta y realmente es deli escribirte , sé que también extrañabas mis letras de ocho hojas de argumento para dejar al final la apeñuzcada la lista de mis peticiones, que me imponían los avisos publicitarios de la otra navidad esa negra que solo se dedica al valor de comprar y gastar.
Pedirte magia sin precisar la medida para que me dure todo el año ojalá con un poco más de compañía, resulta un deseo tan dulce que no hay que olvidar que no funciona Si se desea con nombre propio, pues el amor no admite ningún signo de violencia bajo ningún concepto credo, poción o hechicería.
Mi deseo hoy es, Navidad todo el año Santa, como cuando se celebran los cumpleaños con luces de colores, amor y alegría.
lunes, 5 de diciembre de 2016
lunes, 11 de enero de 2016
EL REGRESO
El regreso
No es fácil hacer un alto en el camino, luego de verse cicatrices en el alma. No es fácil parar y mirar atrás con algo de temor por lo que aún pueda llegar a doler.
No es fácil aceptar que exista la posibilidad de algún dolor o la simple rabia de los malogrados amores. Suelen decir que cuando la historia se cuenta sin rabia, sin lágrimas y sin sentirse víctima se encuentra en el nirvana del perdón. No es fácil verse en el reflejo, se teme siempre verse igual cuando se tiene la esperanza de haber mejorado un poco, se tiene miedo a enfrentarse a sí mismo y a aceptar que no se ha crecido.
Luego de leer y recordarme años atrás, temerosa de verme igual llena de dudas y dolores, ansiosa y desconfiada por las pérdidas y las rupturas de mi desportillado corazón, me tranquiliza verme cambiada casi desconocida porque el dolor cumplió su misión y me ha dejado a la otra orilla más serena y fuerte, con la entereza de verme humana llena de vida con errores, fracasos pero a la vez con la alegría de las lecciones superadas Muchas veces en formas inesperadas.
Le temía a la soledad quien hoy echo de menos cuando me veo invadida por gratas compañías que antes anhelaba tener para huir sólo que ahora aplicó la ley oriental de una vida sana ...nada en demasía.
Hoy me veo femenina y fuerte, sin angustias de la irreversibles pérdidas de las que huía porque en el fondo sabía que nunca fueron posesiones reales; hoy puedo ver que en mi angustia, pude culparme por cada rastro de dolor y sentirme víctima aunque hoy solo puedo ver que era el inevitable camino que me tracé para conseguir las respuestas de vida, del glorioso objetivo, de este paso por este espacio, viendo fríamente que mis maestros cumplieron su papel y marcharon dejándome la riqueza de la lección aprendida, hoy puedo verlos sin tortura sonrientes buscando su felicidad en lodos de sus vidas y no sentir el frío de sus olvidos o de sus ofensas como el observador más puro de una escultura en mármol que no sintió el dolor ni el simbroneo del cincel, ni el ardor de la llaga moldeadora.
Puedo recordarme buscando en brazos amargos la dulzura, puedo recordarme huyendo en la cárcel de un amor roto y ajeno que usó mis hombros como pañuelo de sus lágrimas por otra despiadada mujer que solo buscaba su destino.
Puedo verme en aquella época coqueta con aquellos que solo han deseado mis besos y mi carne, sin si quiera verme en la luz de la verdadera desnudes porque sus ojos sólo podían ver la lujuria. Si alguno supo ver mi corazón hoy puedo reconocer que se asustó y corrió muerto de miedo porque sin lugar a dudas soy ese quemón producto del mordisco al cable de alta tensión metáfora acertada con la que se excusó para sumergirse en su propio infierno del que pretende escapar con sus destellos esporádicos en las notas que envía evocando recuerdos.
Ni perfecta ni fácil puedo ser y con seguridad hoy se arrepienten porque si hay algo que me puede exonerar es justo la pasión y la transparencia con la que entregue mi corazón, fue la palabra del hombre caballero que aún no conozco pero que prefiero tener de vocación porque es certero aunque resulte una actitud temeraria intentar ser coherente entre la razón y el corazón.
No los culpo ni me alegrarán sus desgracias, aprendí y como el mármol puedo ver las vetas algunas ya pulidas otras aún rugosas porque en cuestión del corazón lograr el brillo y suavidad siempre va implicar pulir los sentimientos, pulir la roca áspera cuando se quiere ser falsamente un mujer que admite ligereza y mente abierta cuando es eminente que solo busca ocultar el empeño de corazón puritano y ortodoxo de quien se debate internamente en aceptar que sus largas esperas en con las manos llenas de ausencia, con fundados celos de errores del pasado y con la tibieza de buscar estar juntos sin hablar de limites claros
Así regreso a este pasquín que había guardado ante el desierto de mis palabras ante el intento de negarme ser quien soy, lo que vivo y lo que siento.
No es fácil hacer un alto en el camino, luego de verse cicatrices en el alma. No es fácil parar y mirar atrás con algo de temor por lo que aún pueda llegar a doler.
No es fácil aceptar que exista la posibilidad de algún dolor o la simple rabia de los malogrados amores. Suelen decir que cuando la historia se cuenta sin rabia, sin lágrimas y sin sentirse víctima se encuentra en el nirvana del perdón. No es fácil verse en el reflejo, se teme siempre verse igual cuando se tiene la esperanza de haber mejorado un poco, se tiene miedo a enfrentarse a sí mismo y a aceptar que no se ha crecido.
Luego de leer y recordarme años atrás, temerosa de verme igual llena de dudas y dolores, ansiosa y desconfiada por las pérdidas y las rupturas de mi desportillado corazón, me tranquiliza verme cambiada casi desconocida porque el dolor cumplió su misión y me ha dejado a la otra orilla más serena y fuerte, con la entereza de verme humana llena de vida con errores, fracasos pero a la vez con la alegría de las lecciones superadas Muchas veces en formas inesperadas.
Le temía a la soledad quien hoy echo de menos cuando me veo invadida por gratas compañías que antes anhelaba tener para huir sólo que ahora aplicó la ley oriental de una vida sana ...nada en demasía.
Hoy me veo femenina y fuerte, sin angustias de la irreversibles pérdidas de las que huía porque en el fondo sabía que nunca fueron posesiones reales; hoy puedo ver que en mi angustia, pude culparme por cada rastro de dolor y sentirme víctima aunque hoy solo puedo ver que era el inevitable camino que me tracé para conseguir las respuestas de vida, del glorioso objetivo, de este paso por este espacio, viendo fríamente que mis maestros cumplieron su papel y marcharon dejándome la riqueza de la lección aprendida, hoy puedo verlos sin tortura sonrientes buscando su felicidad en lodos de sus vidas y no sentir el frío de sus olvidos o de sus ofensas como el observador más puro de una escultura en mármol que no sintió el dolor ni el simbroneo del cincel, ni el ardor de la llaga moldeadora.
Puedo recordarme buscando en brazos amargos la dulzura, puedo recordarme huyendo en la cárcel de un amor roto y ajeno que usó mis hombros como pañuelo de sus lágrimas por otra despiadada mujer que solo buscaba su destino.
Puedo verme en aquella época coqueta con aquellos que solo han deseado mis besos y mi carne, sin si quiera verme en la luz de la verdadera desnudes porque sus ojos sólo podían ver la lujuria. Si alguno supo ver mi corazón hoy puedo reconocer que se asustó y corrió muerto de miedo porque sin lugar a dudas soy ese quemón producto del mordisco al cable de alta tensión metáfora acertada con la que se excusó para sumergirse en su propio infierno del que pretende escapar con sus destellos esporádicos en las notas que envía evocando recuerdos.
Ni perfecta ni fácil puedo ser y con seguridad hoy se arrepienten porque si hay algo que me puede exonerar es justo la pasión y la transparencia con la que entregue mi corazón, fue la palabra del hombre caballero que aún no conozco pero que prefiero tener de vocación porque es certero aunque resulte una actitud temeraria intentar ser coherente entre la razón y el corazón.
No los culpo ni me alegrarán sus desgracias, aprendí y como el mármol puedo ver las vetas algunas ya pulidas otras aún rugosas porque en cuestión del corazón lograr el brillo y suavidad siempre va implicar pulir los sentimientos, pulir la roca áspera cuando se quiere ser falsamente un mujer que admite ligereza y mente abierta cuando es eminente que solo busca ocultar el empeño de corazón puritano y ortodoxo de quien se debate internamente en aceptar que sus largas esperas en con las manos llenas de ausencia, con fundados celos de errores del pasado y con la tibieza de buscar estar juntos sin hablar de limites claros
Así regreso a este pasquín que había guardado ante el desierto de mis palabras ante el intento de negarme ser quien soy, lo que vivo y lo que siento.
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