Hace unos
días no salía de mi asombro y me sentí ofendida al enterarme de la insolita
noticia de lo que a una pobre mujer le había pasado, producto del funesto estado de estupidez en que cae el
ser humano enamorado; fue noticia mundial, en el que una distinguida ministra,
de quien no dudo de sus capacidades
profesionales y desde luego políticas la llevaron como a muchos (as) a purgar el castigo típico (de los tantos que hay) de la deshonra publica que puede ser impuesto en la
sociedad ante el delito de sentirse enamorado.
Estoy
completamente de acuerdo con las miles
de mujeres que se unieron a la causa y aunque nunca he
duda en opinar desde mi
FB, esta vez, recordé que hay verdades que es mejor
no decir públicamente.
Esa
enfermedad metal llamada amor
de la que dependemos todos, tiene
un síntoma terrible e irremediable
llamado estupidez, esa estupidez que con los
hechizos mágicos de la pasión nos
deja en el ridículo total llevando incluso a algunos al limite
de lo fatal y es en este punto en el que debo confesar, que al parecer
aun no soy inmune pese que he vivido un par de veces los padecimientos de la estupidez y no contenta con ello, voy por
la tercera y por lo visto en esta como siempre espero
la vencida, o gana ella o muero
yo.
Asi que
partiremos del supuesto de un amor entendido como el sentimiento que
evoluciona en diferentes etapas desde el enamoramiento que no es
más que el conocimiento del otro, pasando
por el desarrollo o crecimiento individual y de pareja, si que deje de depender de la madurez , omitiendo hablar de
la edad ya que esta demostrado que entre estas después de los 18 no van
relacionadas (de lo contrario no nos encontraríamos con adultos de 33 con
delirio de adolescentes de 16), hasta la
concepción misma de un estado excelso de aceptación y entrega total que permita
soportar la misma compañía años enteros con respeto, consideración, dulzura,
sinceridad, honestidad, complicidad, perdón y mucha paciencia adornadas de
palabras, juegos, detalles y por qué no hasta los dichos videos (como el de la
ministra).
Revisemos que nos
dice Winkipedia acerca de las siguientes definiciones, solo para diferenciar
los disfraces con que vestimos nuestra
estupidez derivada del amor, o tal vez para
encontrar la perfecta justificación que mengue
el ridículo cuando presentada la circunstancia, se imponga un castigo por el
delito de amar o se pague el precio de caer en el intento. En otras palabras
intento demostrar que una vez nos
enfermamos de amor, podemos disfrazar esa
relación con cualquier denominación pero al final será como tener un closet
lleno de blusas del mismo diseño, del mismo material pero con diferente color.
Amante: Si bien según el DRAE,
la tercera acepción del término amante es: hombre y mujer que se aman.
Históricamente, amante se ha sobreentendido como una mujer y compañera que
tiene una relación amorosa con un hombre durante un período de tiempo
prolongado y que no se encuentra casada con el hombre.
Actualmente la palabra amante es usada
indistintamente para hombres o mujeres que aman. En cambio en las
relaciones monogámicas, refiriéndose a una relación infiel, el amante es esa
persona con la que se engaña a la primera pareja y en general es una relación
estable y de carácter semipermanente; sin embargo, la pareja no convive de
manera abierta. Por lo general (aunque no siempre) la relación es mantenida en
secreto.
Amigovios o
Amigos con derechos: La amistad con derechos es una
relación de pareja que intenta combinar la vinculación afectiva, los comportamientos
y actitudes típicos de una amistad, con la posibilidad de mantener relaciones íntimas o sexuales. Si bien la modalidad de
emparejamiento ya existía, en algunos casos con el nombre de amantes, esta
denominación aparece en la historia recientemente y con posterioridad al noviazgo
por lo que siempre se define en relación con él: La amistad con derechos tendrá
menor vinculación afectiva y menores obligaciones que un noviazgo, aunque, como
sucede en una amistad, no será completamente carente de ellos.
Los participantes de dicha relación se
llaman amigos con derechos. Esta forma de expresión es más común que amistad
con derechos.
Las definiciones más completas
realizadas a partir de conversaciones de los investigadores con adolescentes
que usan el concepto destacan la libertad; la ausencia de compromiso, de
estabilidad y de responsabilidad; la menor implicación afectiva y que su
finalidad es el placer erótico/sexual.
En las tres definiciones aparece el amor y junto a él, el anhelado sexo, motivo por el cual
siempre queremos disfrazar la realidad
del amor con su derivada estupidez en juego de palabras que nos
permitan, liberarnos o comprometernos por estar enamorados.
Entonces, volviendo a mi tercer intento y habiendo sido
escarmentada con varios castigos propios del amor en mis dos anteriores y
fallidos intentos, me puedo excusar en que llámese como se llame esa relación
(con forma de un embudo) estoy dispuesta a plantearle como puedo sentirme pese
a estar enamorada en una circunstancias tanto o igual de amargas que las de Romeo
y Julieta, y no pretendo que se convierta en el fiel reflejo de lo que puede
ser una prueba de amor, de las pocas que yo haya podido plantear pese a que
siento haberme sometido a algunas (de su
parte), pero que por miedo a sentirme avergonzada de mi propia estupidez no lo había
hecho y aunque es probable que de nuevo
salga sancionada es mejor reconocer que me siento enamorada :´(
PD. Por favor no lo intentes en casa…..
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