La mayoría hemos tenido
conocimiento de cuanto sirve el contacto con un ser viviente que emane
tranquilidad, fuerza y armonía; hemos escuchado
de la magina del método canguro para los recién nacidos, hemos escuchado
cuando avanza la cura frente una
enfermedad si se trata de la equinoterapía o la simple descarga de la presiones,
en el amanecer atando el cuerpo a un viejo árbol o la simple calma que le
ofrece un padre a su hijo adolescente con la magia de un simple abrazo.
Cuando las hormonas juveniles nos
invaden solemos soñar con caricias prohibidas, con coitos descontrolados, con
besos desenfrenados, con el amor de vida, aun sin tener la certeza de su
existencia y escazas veces sabemos a ciencia cierta lo que verdaderamente es.
Cuando mas que las hormonas nace
un sentimiento desinteresado, cuando sientes que puedes sacrificarlo todo y
entregarlo sin reserva alguna, cuando nuestro pensamiento solo procesa datos
relevantes, inútiles, históricos, métodos, detalles, estrategias en función de
alguien que justamente no eres tu, cuando te deleitas mirando las diferentes
expresiones de su rostro y el corazón se
acelera solo con escuchar su nombre, cuando tu voluntad es la auxiliar que vive
en exclusiva para brindarle ayuda siempre, cuando callas o empiezas a domar los demonios de tu mente y decides
encerrar los espíritus del pasado para purificar el alma, cuando descubres que
tus limites son simples cadenas que liberan con locura, cuando el sueño es la
victima que huye en las noches golpeado por la ofensa, los celos, la frialdad, desamor
y desosiego es solo por una razón, estas perdidamente enamorado y hace tiempo
que has perdido el corazón.
Y es en este estadio de la vida en pareciera que el corazón fuera un lisiado de brazos, un huérfano de mimos, una planta ávida del calor de un par de brazos. Nada he leído sobre la magia de los abrazos en la edad adulta aunque hay mares de los libros y artículos que se enfocan en la magia de hacer el amor, hay terapias que te inducen a largas charlas con tu pareja para poder conciliar las diferencias entre el hombre y la mujer, hay métodos que buscan como reconocer el amor luego de años de desgaste emocional, hay consejos para enfrentar todos los males del amor, algunos, con seguridad solo lo matan.
Hace un par de días descubrí en
mi vida una pócima mágica que derrumbo el muro que construyo cuando me encuentro ofendida, el
hechizo que calentó mi corazón cuando llevaba días de congelamiento a causa de
los celos, tal vez no pueda darte toda la solución, tal vez solo
calma la ansiedad que te produce el estatus de una relación sin nombre, tal vez
solo baje la presión del cuerpo luego de una rabieta aun justificada, tal vez
solo sientas que te envuelve el calor del amor luego de una fría ofensa, tal vez
un abrazo resulte mas efectivo que hacer el amor siete días seguidos después de
una pelea, lo cierto es, que la magia de un abrazo calma las penas, calma los ánimos
y te permite sentirte amado solo para poder empezar a aplicar la terapia que
más te convenga,.
Un abrazo en la edad adulta para este estilo de
vida actual, ya no tiene relevancia, las emociones y sus expresiones solo deben
ser fuertes y desprendidas, materiales e instintivas que te permite hablar,
hacer y entender el sexo sin tapujos, mientras te regala una justificación
insulsa para olvidar lo que hoy se
considera anticuado frente a los principios, las emociones, los sentimientos y
sus emociones, descubrir que abrazar al
pedir perdón u otorgarlos, rompe las barreras mentales facilita la aceptación y
hasta espanta los fantasmas de la imaginación como los celos.
Amar requiere abrazos, sin importar la edad, sin
importar los errores y defectos; los abrazos en la edad adulta son tan
necesarios como tener sexo, como descubrir cuanto puedes triunfar en tu profesión,
en tu labor; su magia dignifica el amor aun sin importar como se le denomine.
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