sábado, 2 de marzo de 2013

Y FUERON FELICES PARA SIEMPRE


Y FUERON FELICES PARA SIEMPRE

“ Y fueron  felices  para  siempre”, es  el dogma  que  se implantado  en la  cabeza  de todas  las mujeres  desde que nos  leen el primer cuento  de  amor y es la  frasecita  que  buscamos  hacer  realidad  con nos  echan el cuento  de  amor, solo las  mujeres  sabias  por la edad  o por un fuerte educación de amor  propio  logran  discernir que no cualquier  hombre  que  se  acerque a la  ventana  de  tu vida es justo el apropiado y tiene  bastante  claro  que  la  felicidad  no  depende de un hombre jamás sino  de sus  propios  actos  de  amor, de su propia  entrega  y en especial del invaluable  tesoro  de sus sueños y la  armonía de  sus  sentimientos lo que trae  la  tranquilidad eterna que llamamos  felicidad.

Pero  como  pocas  hemos  sido fruto  de padres coherentes y perfectos  en el tema emocional pues  muchas  hemos comprobado que aun las lágrimas, los  sacrificios, las frustraciones y aun los mismos  fracasos que al ser  frutos poco agradables hacen parte  de los ingredientes de la felicidad compartida en pareja, muchas  mujeres nos hemos casado sintiendo el  bálsamo de la  felicidad producida por el  amor  o enamoramiento.

Algunas pese  a todo lo conservan  con el paso  de los años, en una  entrega total y altruista por su amor a quien sin lugar  a dudas  habrá  que reconocerle una tarea igualmente titánica y correspondida que les  permita  confirmar al final  de sus  días  que  fueron felices para  siempre, en un mundo lleno de rupturas y quebrantamientos, reglas, principios y límites resulta  loable encontrar  que hay matrimonios  que todo  lo perdonan,  que todo lo  soportan (sin caer en servilismos) logrando  mantenerlo puro de egoísmos y aberraciones impuestas por la moda o por el mundo.

A otras   igual  de  afortunadas  les  ha  tocado aprender la misma  lección en la soledad producto de un simple  fracaso matrimonial  que más que perdidas, habrá dejado las  ganancias  propias del autoconocimiento, la  indispensable recuperación de la autoestima y la adquisición de una  fortaleza  que puede llegar a  construir una  armadura contra todo aquello que generó  tanto  daño e infelicidad en los  tiempos nupciales y  puede petrificar  el corazón, sin embargo, aún no está sanada y al menor remezón emocional de un pretendiente  formal  se resquebraja y  asfixia y puede  salir  despavorida, cual cenicienta que huye de la magia propia  del amor por miedo a enfrentar la miseria del rechazo más.  Puede que quiera quedarse dormida esperando como la bella  durmiente para  que su príncipe azul, las despierte, pero  como veo las  cosas algunos hombres juegan a ser Homero Sipsom y otros  puede que de  considerados te dejen seguir durmiendo sola  así que al final  puede que  te quedes hecha un mar de lágrimas,  desconsuelo y depresión ahuyentado  al más  galán de los  galanes.

Tal vez por ello algunas mujeres prefieran abandonar  el papel  de  doncella para  convertise en el  de bruja despiadada que termina mal bien porque se  enferme o porque consiga solo rodearse  de soledad contrario a  lo que  en el fondo desea  su  corazón.

La mejor  posibilidad que planteo es  seguir viviendo conforme al maravilloso corazón de una simple  hada madrina, mujer  sabia y prudente  que  sabe aplicar las lecciones  dolorosamente  aprendidas sin dejar  de amar con entrega, pasión, con la  firmeza propia  de los principios  del amor propio y del amor a los  demás limitado por las prioridades de cada persona o situación, protegiéndose  cariñosa pero astutamente de los amores villanos que solo buscan futilezas en ti y que te desprecian a la voz  de alguien que les  ofrezca alguna comodidad mejor (acto que te beneficia porque sencillamente  no te ama) pero sobre  todo evitando caer en el hierro que te hace  ver  como una mujer  fuerte que se derrite  de dolor por dentro ya que evadir los  sentimientos o confortar las  circunstancias negativas nos puede  dejar  abatidas, enfermas, tristes y solas;  y si la soledad no resulta ser un factor dañino para nadie porque no vivirlo  por convicción, por decisión y con disfrute? Y no con resignación y como parte  del castigo por haber amado bien a quien te amo mal…..?

Perderse así misma por complacer  a otro solo por  amor es  convertirse  en la sirenita a la que nunca le  dan el verdadero beso de amor, solo momentos fugaces llenos  de mentiras para que al final te  enceguezcas de desilusión, dolor y frustración cuando escogieron a otra y de ti solo quede la espuma y el dolor de los que te realmente de aman ante la impotencia de no poder hacer nada por ti.

Prefiero que al final todas  seamos la  Mulán de nuestras  familias, sacrificadas socialmente pero con más  dignidad  y fidelidad  a nosotras mismas, fruto  de nuestras  decisiones y en pro de nuestras  convicciones y  sueños, sin dejar de  ser respetuosas  de los  demás , de sus  sentimientos y de  sus decisiones; capaces de llorar cuando lo sintamos y necesitemos, llenas de franqueza y de voluntad para alejarnos  de quienes  nos hagan daño por buenas palabras e intenciones que  tengan porque al  final los hechos que se hagan en pro  de un amor  de dos como  es el matrimonio y principalmente  del propio será la fórmula  que nos  permita ser  felices para  siempre con ellos  o sin ellos.

 

Dedicada a Juana de Italia quien aprende a quitarse la máscara de hierro y convierte  su corona de espinas en los sueños que siempre ha querido cumplir, con o sin principe.

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