Y FUERON FELICES PARA SIEMPRE
“ Y fueron
felices para siempre”, es
el dogma que se implantado
en la cabeza de todas
las mujeres desde que nos leen el primer cuento de
amor y es la frasecita que
buscamos hacer realidad
con nos echan el cuento de
amor, solo las mujeres sabias
por la edad o por un fuerte
educación de amor propio logran
discernir que no cualquier
hombre que se
acerque a la ventana de tu
vida es justo el apropiado y tiene
bastante claro que
la felicidad no
depende de un hombre jamás sino
de sus propios actos
de amor, de su propia entrega
y en especial del invaluable
tesoro de sus sueños y la armonía de
sus sentimientos lo que trae la
tranquilidad eterna que llamamos
felicidad.
Pero como pocas
hemos sido fruto de padres coherentes y perfectos en el tema emocional pues muchas
hemos comprobado que aun las lágrimas, los sacrificios, las frustraciones y aun los
mismos fracasos que al ser frutos poco agradables hacen parte de los ingredientes de la felicidad
compartida en pareja, muchas mujeres nos
hemos casado sintiendo el bálsamo de
la felicidad producida por el amor o
enamoramiento.
Algunas pese a
todo lo conservan con el paso de los años, en una entrega total y altruista por su amor a quien
sin lugar a dudas habrá que reconocerle una tarea igualmente titánica y
correspondida que les permita confirmar al final de sus
días que fueron felices para siempre, en un mundo lleno de rupturas y
quebrantamientos, reglas, principios y límites resulta loable encontrar que hay matrimonios que todo
lo perdonan, que todo lo soportan (sin caer en servilismos) logrando mantenerlo puro de egoísmos y aberraciones
impuestas por la moda o por el mundo.
A otras igual
de afortunadas les
ha tocado aprender la misma lección en la soledad producto de un
simple fracaso matrimonial que más que perdidas, habrá dejado las ganancias
propias del autoconocimiento, la
indispensable recuperación de la autoestima y la adquisición de una fortaleza
que puede llegar a construir
una armadura contra todo aquello que
generó tanto daño e infelicidad en los tiempos nupciales y puede petrificar el corazón, sin embargo, aún no está sanada y al
menor remezón emocional de un pretendiente
formal se resquebraja y asfixia y puede salir
despavorida, cual cenicienta que huye de la magia propia del amor por miedo a enfrentar la miseria del
rechazo más. Puede que quiera quedarse
dormida esperando como la bella
durmiente para que su príncipe azul,
las despierte, pero como veo las cosas algunos hombres juegan a ser Homero
Sipsom y otros puede que de considerados te dejen seguir durmiendo
sola así que al final puede que
te quedes hecha un mar de lágrimas, desconsuelo y depresión ahuyentado al más
galán de los galanes.
Tal vez por ello algunas mujeres prefieran abandonar el papel
de doncella para convertise en el de bruja despiadada que termina mal bien
porque se enferme o porque consiga solo
rodearse de soledad contrario a lo que
en el fondo desea su corazón.
La mejor
posibilidad que planteo es seguir
viviendo conforme al maravilloso corazón de una simple hada madrina, mujer sabia y prudente que
sabe aplicar las lecciones
dolorosamente aprendidas sin
dejar de amar con entrega, pasión, con
la firmeza propia de los principios del amor propio y del amor a los demás limitado por las prioridades de cada
persona o situación, protegiéndose cariñosa pero astutamente de los amores
villanos que solo buscan futilezas en ti y que te desprecian a la voz de alguien que les ofrezca alguna comodidad mejor (acto que te
beneficia porque sencillamente no te
ama) pero sobre todo evitando caer en el
hierro que te hace ver como una mujer fuerte que se derrite de dolor por dentro ya que evadir los sentimientos o confortar las circunstancias negativas nos puede dejar
abatidas, enfermas, tristes y solas;
y si la soledad no resulta ser un factor dañino para nadie porque no
vivirlo por convicción, por decisión y
con disfrute? Y no con resignación y como parte
del castigo por haber amado bien a quien te amo mal…..?
Perderse así misma por complacer a otro solo por amor es
convertirse en la sirenita a la
que nunca le dan el verdadero beso de
amor, solo momentos fugaces llenos de
mentiras para que al final te enceguezcas
de desilusión, dolor y frustración cuando escogieron a otra y de ti solo quede
la espuma y el dolor de los que te realmente de aman ante la impotencia de no
poder hacer nada por ti.
Prefiero que al final todas seamos la
Mulán de nuestras familias,
sacrificadas socialmente pero con más
dignidad y fidelidad a nosotras mismas, fruto de nuestras
decisiones y en pro de nuestras
convicciones y sueños, sin dejar
de ser respetuosas de los
demás , de sus sentimientos y
de sus decisiones; capaces de llorar
cuando lo sintamos y necesitemos, llenas de franqueza y de voluntad para
alejarnos de quienes nos hagan daño por buenas palabras e
intenciones que tengan porque al final los hechos que se hagan en pro de un amor
de dos como es el matrimonio y
principalmente del propio será la fórmula que nos
permita ser felices para siempre con ellos o sin ellos.
Dedicada a
Juana de Italia quien aprende a quitarse la máscara de hierro y convierte su corona de espinas en los sueños que
siempre ha querido cumplir, con o sin principe.
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