En la
ruleta de la vida
social, por mas buena intención que se tenga de no
atarse a nadie nunca falta la
bella tentación que se
disfraza de príncipe
encantador y como bien lo ha dicho Pilar Sordo, es
tan fácil para las mujeres dar
rienda suelta al imaginario que nos
hace ver aun resplandeciente hombre, siempre bien vestido un dios
de la combinación de los
colores y la
elegancia, a veces al romper
el hielo, se rompe con él
al príncipe espantador.
No sé qué ocurre
hoy con los hombres que pese a
los años
han quedado atrapados en el tiempo de la
adolescencia y viven en pro de los
videojuegos, el futbol, el esnobismo y con los primeros quince minutos
de conversación nos dejan sin palabras, por más
10.000 palabras diarias que
tengamos que decir las mujeres casi que imaginariamente por más
que te encuentres
en un restaurante o en un café
te sientes transportada
al salón de parvulitos.
Algunos son mucho más
sagaces, son directos y sencillamente
te plantean el juego del papá y la mamá
sin más que el compromiso de
guardar silencio y aunque tú
no te
expliques del por qué si
sabes que a él nada lo
ata legalmente, ni se le ha
vislumbrado novia, terminas por
aceptar que también eres presa
del instinto y aceptas sin nada que reprochar, esperando que al menos
se le zafe una
palabra que te haga recordar tu
valía para alguien más o una simple
caricia que te inunde de ganas de no olvidar, pero al final de la
noche crees que solo
te falto cobrarle el servicio porque ni un sueñito te permitió tomar, como dirían en España “ala a lo que vinimos
que corre prisa y na mas”. Esos
encantadores solo merecen la
guillotina de la indiferencia y
nunca más prestarles
atención.
Otro tipo
de encantador es aquel que
sabe que no puede darse la canita
al aire, pero conservan la
constancia porque la
esperanza es lo último que se
pierde y con seguridad en algún momento te hará caer, eso
si no cae el
primero de la
ebriedad o lo llama la “oficial”
lo que hará que salgas
corriendo.
Habrá el
encantador que te seduzca y te enamore pero al
final se desboble con su
vida paralela meticulosamente organizada y planeada que al
final no sabes si agradecerle por el detalle de mentirte con
tanto esfuerzo como
el de un espia de la KGB.
Al final
te darás cuenta cualquier príncipe
encantador es solo producto de
tu imaginación, pero por lo
general son los que
muestran signos de precoces
aduladores, esos que tienen ligerita la lengua para
decir te amos, con la astucia
de un buen actor pueden
llegar a llorarte jurando amor eterno, solo ten en cuenta que la eternidad para ellos
dura mientras llega su siguiente
víctima, son esos dan muestras
de estar a tu lado por momentos
con una pheudo solidaridad, los que
te regalan rosas comparadas en el
semáforo y olvidan tu cumpleaños,
los que te critican sin misericordia y basados en tres salidas
y algo que torpemente le contaste.
Esos encantadores muchachitos con cuerpo
de hombres que practican sus cursos
de lectura rápida para leer el
chat de dos o más incacutas, o los
que te mantienen con el titulo de novia eterna
mientras tu tontamente le ofreces se la esposa
por simple vía de hecho, esos encantadores principitos que te llenan
de zalamerías con palabras
como mi vida, mi
reina, mi princesita, baby, mi vida, preciosa, solo con un par
de veces que ate has
cruzado en el camino, justo a esos
húyeles!.
Si un
hombre no te ofrece tema
de conversación y su boca parece
más una caja
fuerte que te genera
miles de historias que le
inventas para justificarlo,
recuerda que tu imaginario te engaña y
con seguridad te vas a estrellar del aburrimiento, de la desilusión o sencillamente de la decepción. Abre bien el ojo, que el
hombre que a quien tú le
interesas no habla mucho pero hace un
montón por ti y no
solo hablo de los detalles de
chocolates, regalos, serenata
y flores porque esas herramientas
también las usan algunos encantadores, es aquel
que piensa en ti
y se esfuerza
por ser parte de tu vida,
brindándote soluciones, escuchándote,
aceptándote más aún si estas
recién levantada, es quien puede
ver en tu cuerpo una cicatriz y jamás dirá
cosas inapropiadas, es aquel que dice que
te llama y sencillamente tiene
palabra pero ojo con caer en manos
del encantador sincero ese que siempre
te dijo a qué atenerte y al que
no le podrás reclamar jamás porque todo
te lo dijo y te lo advirtió.
Cualquiera
puede ser un encantador
solo que todo depende
tu vulnerabilidad emocional por eso
si decides dejarte atrapar por
las redes del encantador cuídate no
enamorarte, cuídate de no ilusionarte, cuídate de dejarte manipular, solo tú puedes decir a quien
le das importancia en tu vida
para que el encantador no
se vuelva el espantador.
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