lunes, 5 de diciembre de 2016

Querido Santa

Querido Santa:
Han pasado los años desde la última carta.

Hace tiempo que puse en duda tu existencia y mi recuerdo de ti más cercano se remonta  a los 4 años, cuando aún gozabas de la admiración que por cosas de mis maestros de vida fuiste perdiendo. Pasaste al oscurantismo total cuando mis navidades pasaron a ser la época más desdichada del año por aquel que de alguna u otra forma se dedicó a matar  en mi ese anhelo de ver mi casa vestida de colores y la añorada paz del sentimiento que he venido logrando con el tiempo y lo que mas animo mi búsqueda fue encontrar tu magia en mis pequeños, seguro porque dónde hubo fuego cenizas quedan y en tu caso quedó un vestigio de tizón, esperanza que moribunda agarra fortaleza para decorar por ratos donde vivo pero se desgarra nuevamente cuando no puedo ver el rostro de los duendes que alegran mi vida a diario y a quien Muchas veces he tenido que postearles el regalo porque el mensaje de la verdadera navidad es la carreta comercial que más vende y la Navidad hoy se reduce a ventas y compras.

Resulta Santa que este año algo cambio en mi y en busca de empedrado camino a mi espiritualidad decidí  un día meditabundo ir a buscar a mi niña interior y reconciliarme con ella. En  medio de las lágrimas del reencuentro, ella muerta de susto me pregunto si valía la pena seguir, si ser grande implicaba tambien renunciar a ella y aquellos tiernos largos juegos y las picardias imaginarias, sin ser tan intrepida e impertinente,  a la diversión como otris niños.

Ver mi olvidado rostro décadas atrás también me ha hecho recordar mis sueños, esos que incluso deje abandonados cuando era niña cuando te pedía que mis padres estuvieran juntos para saber que se sentía tener una familia; el mismo sueño que  toda costa quise  mantener para mis hijos pero que me fue imposible seguir conservando porque entendí que sin vida no podría seguir soñando y sin sueños nunca hay vida y mas que pedirte amor, pedia fuerza para exigirme.

De  los frustrados regalos, el anhelado hermanito que pedíamos con mi hermana, también lo tache recientemente cuando en la imprudencia familiar de mis dos madres me saco de la ignoracia y supe que si lo enviaste incluso antes que a mi, pero nadie se atrevió a contar esas cosas dolorosas convirtiéndome  resignadamente  en la hermana mayor de tres hermanas literalmente a medias.

La mascota fue ese regalo anhelado casi utopico al que en el fondo nunca renuncie lo busque para satisfacer la curiosidad y llegó porque así podíamos reemplazar al miembro de la familia que marcho dejándonos dolidose,  pero debí reconocer que era también un deseo  condenado al mismo lugar donde Hasta este año te tengo y decidí liberate.

Los patines me los enviaste con el padre de mi hijos ya algo mayorcita, se que  nunca te los agradecí, de hecho puedo jurar que a él le di las gracias y fue tan emotivo como puedo ser sin alcanzar la expectativa de la gente común  que pronostica un carnaval, pero tu sabes que me cuesta ser expresiva para las cosas íntimas aunque sabes que a la hora de dar, no soy nada mezquina.

Y bueno, la bicicleta, aquella que pedí hasta aquel cumpleaños número de 10, cuando mi padre me celebró el único cumpleaños que realmente satisfizo  mis deseos infantiles, con tan mala suerte que  se dejó pescar justo entrandola  en silencio justo la noche anterior a la fiesta...fui feliz hasta que me restringieron  su disfrute porque en Sutatenza practicar bicicleta era algo similar a una tentativa de homicidio aunque con seguridad de no haber muerto hubiera aprendido cómo se usan los frenos. Se que mi estilo de montar bici es terrible y sabes que prefiero frenar con los pies que irme  de jeta por usar mal los frenos, pero pedalear a más de diez kilómetros por hora, sin tener una amenaza cerca y el roce del viento en mi silueta es lo máximo aún después de tantos años.

Te  agradezco me eches una manito para el próximo año...mi niña interior estará feliz de tener una bici nueva, te prometo aprender a montar como Dios manda además así podré salir con los de la oficina y cuando el jefe mayor convoca, porque me siento marginada por no poder ir con ellos por esos pequeños detalles.

Estas banalidades infantiles son tu sustento querido Santa, sin embargo, pata este nuevo año, el mejor regalo que puedes darme es sorprenderme con la misma magia de aquellas navidades donde ese rostro tuyo ocultaba el regalo prometido y aquel indeseado (esas horribles botas ortopédicas de diferentes colores que me dabas por aquello del pie plano)  que me condenó a no disfrutar de aquellos zapatos de enfermera  que siempre te pedí y que tache cuando tergiversaste  mi modelo y me enviaste esos  mafaldudos  blancos que me hacían ver como un payaso, claro poco te fijaste de mis delgadas piernas de chirlobirlo! Pero bueno se que hacías lo que podías por mi bien...

No todo fue malo tuve tantas barbies que logre regalarle aquella niña del campo una sin que mi abuela la echara de menos en su inventario y a cambio recibí un motivo para hacer de las hortensias  mi flor favorita,  y aunque nunca supe más de ella, siempre la recuerdo cuando veo hortencias pese a que la abuela haya dicho que traen mala suerte, a mi me dan la mejor suerte, al hacerme feliz y me arrancan la sonrisa de aquella pilatuna.

Los viajes han sido mi regalo mas constante y recuerdo aquel en que por primera vez, después de un tortuoso largo recorrido, logré ver nuevamente el mar,  despues de casi nueve años y siendo la primera vez que lo veía en Colombia, su olor siempre, siempre me recuerda a mi madre y aquellos años en Caracas donde pudimos ser hija y madre, lo que acto seguido me conduce al pie  de manzana y la mesita  musical  que siempre adornaba la sala.

Esa mesita redonda de arebezcos realmente me encantaba; abrila  en cualquier epoca del año era magia pero cuando la ubicaban al lado del árbol de navidad, la recuerdo magiaca en abundancia.

Años mas tarse me diste mis dos anhelados hijos a quien les pude dar los Mickey  mouse  como réplica de la mía esa que aún conservo en algun lugar de esta casa porque ir a Disney en aquella época era ir admirar el santo grial de la magia y esa magia infantil se siente allá cuando te sientas en las tácitas mágicas o cuando bajas tembloroso de las montañas rusas con la misma sensación de quien acaba de jugar al tin tin corre corre.

La navidad cambio con el paso de mis años pero aun recuerdo esa sensación de abuelo querido que tenias, al que siempre espiaba en aquel altar misterioso que se armaba cada año en mi casa, esperando el momento en que pusieras de tras de rostro el regalo pero siempre vencida por el sueño desistí como alguna navidad desistí escribirte.

Hoy me tacharan de loca y hasta cursi si lo único que te pido es que vuelvas a esparcir magia en mi, sólo para resistir una navidad más sin mis hijos y que la fórmula mágica venga revuelta un un tris de fortaleza para salir a ver las luces con la misma emoción que hace algunos años sin permtirme llorar si me veo sentada junto a mi soledad leyendo la novena. Sabes que ahora no pido nada material más que los medios para salir adelante y darme aquellos gustos que taso moderadamente porque el buen gusto siempre cuesta.

Frente a mi comportamiento sabes mejor que nadie que me esfuerzo por ser mejor cada día aunque aveces soy  presa de mi rabia y soy pésimamente hablada, he mejorado debes admitirlo, recuerda que las palabrotas delatan mi inteligencia segun lei en un articulo basado en algun estudio universitario y mejor eso que pasar por bruta no crees?.

Sumerce  es conciente que ya estamos maduritos,  la vagabunderia  temida por la abuela, es un tema que no vamos a discutir, la sexulidad es un regalo valioso que las feministas como yo consideramos propio de nuestro genero y me da vergüenza contigo pero es un derecho que ejerzo responsablemente sin la ligereza que marca la moda, de la que me niego a sentirme culpable por disfrutar, sería muy triste que no le dieras esa libertad y alegría  a la señora Santa, no estaría dentro de tu naturaleza privarla de esa dicha mundana.

Por los demás sabes que no soy corrupta, que hago lo mejor y con pasión le meto ganas, claro  que la cago,  pero a ver, debes ser consciente que no tengo a Rudolf  para que me indique el camino  correcto y me toca a punta de ensayo y error y si  ves que mi lista de faltas es mas larga que mis buenas acciones, no me vayas a mandar con los reyes magos más carbón porque ya tengo un cerrejon que aprecuaria mas si fuera carbón de ese que pagan  altos precios para vendercelo a China.

No me quejo pero a cualquiera  le ayudaría a no pasar  las vacas flacas, esas que te consta he tratado de superar con dignidad, alegría y agradecimiento porque veo a diario a tantos llenos de monedas de oro y con tan poco amor que la verdad cada vez entiendo que la pobreza es algo más de corazón que del bolsillo.

Si, pasaron muchos años después de la última carta y realmente es deli escribirte , sé que también extrañabas mis letras de ocho hojas de argumento para dejar al final la apeñuzcada  la lista de mis peticiones, que me imponían los avisos publicitarios de la otra navidad esa negra que solo se dedica al valor de comprar y gastar.

Pedirte magia sin precisar la medida para que me dure todo el año ojalá con un poco más de compañía, resulta un deseo tan dulce que no hay que olvidar que no funciona Si se desea con nombre propio, pues el amor no admite ningún signo de violencia bajo ningún concepto credo, poción o hechicería.

Mi deseo hoy es, Navidad todo el año Santa, como cuando  se celebran los cumpleaños con luces de colores, amor y alegría.